El mortero, uno de los imprescindibles en nuestra cocina
A parte de traeros las mejores especias de todos los rincones del mundo para que podáis elaborar vuestras recetas favoritas y luciros ante vuestros invitados, a través de nuestro blog os iremos dejando algunos pequeños consejos para sacarles el máximo partido a las diferentes especias e hierbas.
En esta nueva entrada, hemos decidido prestar algo de atención al mortero, una de las herramientas más olvidadas y a la vez más presentes en nuestras cocinas, porque, ¿quién no tiene uno?.
Contar con un buen mortero es fundamental a la hora de obtener una correcta molienda de las especias e hierbas o elaborar un buen majado.
El mortero debe ser de un material no poroso, que no absorba los aromas y sabores de los alimentos que pasen por el. La madera, por ejemplo, no resulta un buen material por este motivo. Además, al ser un material relativamente blando (aunque podemos encontrar morteros de olivo u otras maderas resistentes) acaba sufriendo al moler las especias más duras, machacar la sal que añadimos en los majados, etc. creándose muescas y marcas en la madera donde se acumulan restos orgánicos y suciedad.
Los morteros de piedra, especialmente de granito, así como aquellos fabricados con nuevos materiales como el polietileno cumplen muy bien estos anteriores requisitos.
El peso es otra de las características a valorar a la hora de comprar uno u otro. Un mortero pesado nos puede permitir incluso realizar la molienda sin necesidad de sujetarlo mientras trabajamos con el, lo que nos deja la mano libre para ir añadiendo los ingredientes según los vayamos necesitando. Y puesto que los morteros no son una herramienta con la que tengamos que pasear por la cocina, un peso elevado no resulta un problema. Igualmente, una maza sólida también facilitará mucho la tarea.
También una buena base, estable, resulta fundamental. Esto es algo que parece obvio, sin embargo no somos pocos los que sin ser conscientes, nos hemos hecho con un precioso mortero de base… redonda (ver foto). Un auténtico incordio, ya que hay que sujetarlo fuertemente con la mano para que no se nos vaya rodando a cada golpe del mazo.
Tostado previo
Resulta a veces muy interesante, a la hora de moler ciertas especias, tostarlas previamente en una sartén de hierro sin aceite, a fuego suave. Este tueste, además de facilitar la molienda, sirve para potenciar y realzar los sabores (el azafrán es un buen ejemplo). Pero ojo, si nos pasamos arruinaremos la preparación.
Ajo que salta del mortero, ya no lo quiero
A la hora de moler algunas especias, incorpora en el mortero unos granos de sal gorda. Te ayudarán a conseguir una molienda más fina además de evitar que algunas especias salgan literalmente “disparadas”, como por ejemplo a la hora de machacar semillas de cilantro, ajos, etc.
Apoyar el mortero sobre un paño es otra buena idea, ya que además de reducir el ruido, ayudará a evitar o reducir posibles daños sobre la encimera en caso de que seamos demasiado enérgicos.
En resumen, buscad un mortero sólido y estable, de material no poroso y con un mazo pesado que facilite la molienda. Nosotros particularmente nos quedamos con el mortero clásico de granito pulido (aquí podéis encontrar uno de Lacor que nos ha gustado especialmente).