El te verde es una de las bebidas más consumidas del mundo. Su nombre, gunpowder, hace referencia al parecido que tenía con las antiguas bolas de pólvora.
Se elabora a partir de las hojas de la Camelia Sinensis, que tras ser cosechadas, se someten a un proceso de escaldado para preservarlas de la oxidación, luego se enrollan y se secan, consiguiendo el aspecto que ya conocemos. Al elaborar el te, estas hojas se desenrollan y liberan todos sus aromas.
Preparación del te
Si quieres obtener el mejor resultado, sigue estas instrucciones. Como verás, algunos de los pasos son opcionales, pero contribuyen a mejorar el resultado.
Calentar el vaso donde vamos a preparar el te. Un vaso frío robará calor al agua, y será más complicado mantener una temperatura controlada y estable. Para ello basta con llenarlo por la mitad de agua caliente y moverlo por el vaso durante unos instantes.
Añadimos nuestro te verde. La cantidad va a depender de la intensidad que busquemos y del tamaño del vaso (podemos empezar con una cucharada de postre por 125 ml de agua). Pero en general deberemos dejar espacio para que las hojas se expandan.
Añadir el agua caliente. La temperatura ideal es entre 75ºC y 85ºC, es decir, muy caliente pero que NO hierva.
Tapar y dejar reposar durante 1 minuto. Con una temperatura y un tiempo de reposo controlados, evitaremos tener un té amargo.
Mezclas y aromas
Este té resulta perfecto para degustar solo o bien como base para elaborar o combinar con distintas hierbas y especias, tales como canela, flor de azahar, pétalos de hibisco, menta (té moruno), y por supuesto frutas tales como naranja, limón, fresas, etc.
Cada momento del día, cada época del año, cada estado de ánimo y por supuesto cada persona tienen un té perfecto, solo hay que encontrarlo. Por ello, solo te podemos animar a que pruebes, experimentes y busques. No hay nada más divertido ni enriquecedor que encontrar nuestro té.